Huente: pao-andalu.com Autor: José María De Benito, ‘Xema’. Fecha: 30 de Noviembre de 2024
Breve análisis del andaluz valorando la relación lingüística entre el catalán y la variedad aranesa del occitano
En los últimos años no somos pocos los que hemos advertido cómo, de manera progresiva, el andaluz está dejando de ser percibido por la mayoría de los andaluces y andaluzas como una variedad dialectal del castellano para pasar a ser visto como un mero “acento” de este. Y, con esto presente, no hay mucho que decir al respecto de su percepción como lengua. Pero, ¿cómo se ha llegado a esta situación?
Sabemos que a lo largo de la historia, y más aún en estas últimas décadas, el andaluz ha sido objeto de un proceso de minorización lingüística feroz por parte del españolismo lingüístico. No sólo no se ha enseñado ni se enseña a día de hoy andaluz en las escuelas sino que habitualmente ha ocurrido todo lo contrario, pues desde estas se ha “corregido” todo rasgo lingüístico andaluz, ya fuera léxico o gramatical, con respecto a la norma castellana. Además, desde distintos ámbitos y sectores del estado español, a sus hablantes se les ha tildado de catetos, ignorantes, incultos, etc… con el objetivo de marginar y acomplejar a estos, reduciendo paulatinamente de este modo el uso del andaluz en su forma oral y dificultando a su vez su transmisión entre generaciones. Y si a todo esto le sumamos el hecho de que el andaluz no posee una escritura estandarizada y que, en consecuencia, prácticamente no posee libros, prensa, aplicaciones informáticas, etc… escritos o traducidos al andaluz; tenemos como resultado que las nuevas generaciones tiendan a hablar un andaluz cada vez más diluido en la variedad o lengua dominante, es decir, el castellano.
De modo que, teniendo en cuenta todo este proceso de sustitución lingüística y sus consecuencias, parece lógico que los propios andaluces y andaluzas hayan terminado por aceptar la idea del andaluz como habla regional o acento. Pero tenemos que ser muy conscientes de que esta versión “castellanizada” del andaluz no es el dialecto o lengua andaluza en sentido estricto y que no es más que una subvariedad mixta producto de la diglosia.
Llegados hasta aquí, es necesario hacer una pequeña aclaración que tendrá relación con el resto de este artículo y es que tendremos presente el hecho de que tanto el occitano como el catalán son lenguas que pertenecen a la familia de las lenguas occitanorromances (o Iberorromances orientales) y que la lengua castellana pertenece a la familia de las iberorromances occidentales, donde también se encontrarían el asturleonés y las lenguas galaico-portuguesas (gallego y portugués); sin que haya ninguna duda de que todas ellas son lenguas de pleno derecho independientemente de su relación con las otras lenguas de sus respectivas familias.
Ahora bien, teniendo en mente todas estas cuestiones, pasaremos a nuestro objetivo que es el de aportar un granito de arena con el fin de cambiar esta percepción errónea que se tiene del andaluz. Y, ¿cómo lo haremos? Pues, valiéndonos de una serie de casos prácticos, trataremos de trazar de manera superficial un paralelismo entre la relación lingüística que comparten el catalán y el occitano, concretamente en su variedad aranesa, con respecto a la existente entre el andaluz y el castellano.
Los textos que se han usado para los casos prácticos, como el de la tabla que se muestra a continuación, han sido obtenidos del manual Aprenem aranès des del català, que está escrito de forma bilingüe catalán-aranés con el objetivo de poder visualizar de forma simultánea los textos en catalán junto con su traducción al aranés y de esta manera agilizar el aprendizaje de este último por parte de un persona catalanoparlante. A partir de la versión escrita al catalán de estos textos, se han extraído las traducciones al andaluz y al castellano para así poder establecer las distintas relaciones que mencionamos anteriormente. Además, con el objetivo de cuestionar la relación de variedad lingüística del andaluz con respecto al castellano, se han añadido a los casos prácticos estos mismos textos escritos según la variedad dialectal del catalán hablada en el País Valenciano, también conocida como valenciano.
Pero antes de continuar, estimamos que es preciso hacer algunas aclaraciones en torno a la fonética del aranés para evitar confusiones a la hora de interpretar los textos. Lo primero es puntualizar que la vocal u siempre se lee como la u francesa [y] excepto cuando esta forma parte de un diptongo, ya que en este caso se leería como [w]. Por otro lado, la vocal o se pronuncia como [u], algo similar a lo que ocurre con algunas palabras del catalán como en el caso de proporciona [pɾupuɾˈsjona] y societat [susjeˈtat], a excepción de ò que se pronuncia como una o abierta [ɔ]. Por último, hay que tener en cuenta que algunos términos pueden estar escritos en base a criterios etimológicos como ocurre, por ejemplo, con la palabra non cuya n final es muda.
Primer caso práctico | |
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Aranés | Aguest libre proporcione un prumèr contacte damb era lengua occitana ena sua varianta aranesa, deth temps que permet de compréner e practicar frases dera vida vidanta, en tot facilitar es comunicacions damb era societat aranesa. |
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Catalán | Aquest llibre proporciona un primer contacte amb la llengua occitana en la seva variant aranesa, alhora que permet entendre i practicar frases de la vida quotidiana, tot facilitant les comunicacions amb la societat aranesa. |
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Valenciano | Aquest llibre proporciona un primer contacte amb la llengua occitana en la seua variant aranesa, alhora que permet entendre i practicar frases de la vida quotidiana, facilitant les comunicacions amb la societat aranesa. |
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Castellano | Este libro proporciona un primer contacto con la lengua occitana en su variante aranesa, a la vez que permite entender y practicar frases de la vida cotidiana, facilitando las comunicaciones con la sociedad aranesa. |
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Andaluz | Ehte libro percura un primer contahto cola lengua ozitana’n su bariante aranesa, a la beh que premite d’entendê i de prahticâ fraseh’e la bía diaria, fazilitando lah comunicazioneh cola sozieá aranesa. |
Si analizamos el primer caso práctico, a una persona no familiarizada con el andaluz escrito lo que podría llamarle más la atención es el uso del grafema ⟨h⟩ (ehte, beh, contahto) y como este “sustituye”, y lo pongo entre comillas pues realmente no sustituye si no que representa una realidad fonética, a algunos grafemas del castellano como pueden ser ⟨s⟩ (este), ⟨z⟩ (vez) y ⟨c⟩ (contacto) en ciertas situaciones. A partir de esta supuesta “sustitución” podría alegar, de forma errónea, que se trata de la representación escrita de una particularidad, en este caso fonética, del castellano hablado en Andalucía. Pero, como ya mencionamos, es un error llegar a esta conclusión.
Comenzaremos por explicar qué sonidos representa exactamente el grafema ⟨h⟩ según la propuesta ortográfica PAO-Unificada que es la que se ha utilizado para la representación escrita del andaluz en estos casos prácticos. Este grafema representa las consonantes fricativas glotales, tanto la sorda [h] como la sonora [ɦ], es decir, lo que conocemos comúnmente como aspiración. Pero también hay que señalar que, en la mayoría de los casos, cuando ⟨h⟩ precede a una consonante tiene como consecuencia una variación de la realización fonética de la misma. Por ejemplo, en el caso práctico que estamos analizando, hemos viso que aparece la palabra contahto, que contiene el grupo consonántico -ht-. Dicho grupo podría ser realizado, a grandes rasgos, como una t aspirada [ʔtʰ], como una t geminada y aspirada [tːʰ] e, incluso, como una t únicamente geminada [tː].
Ahora bien, si asociamos el caso del grupo consonántico andaluz -ht- con la supuesta “sustitución” que comentábamos anteriormente, podríamos decir que este se corresponde con los grupos consonánticos del castellano -ct- [kt], -pt- [pt], -st- [st], -zt- [θt], -bst- [bst] y -nst- [nst], llegando a la conclusión de que hay una serie de combinaciones fonéticas que no existen dentro del andaluz aunque sí están presentes en el castellano y viceversa. Esto implica, por ejemplo, que la forma andaluza de la palabra castellana abstracto, del latín tardío abstractus, sea ahtrahto o que institución, del latín institutio, sea ihtituzión.
Con esto pretendemos exponer que estas divergencias fonéticas no son equiparables, por ejemplo, al uso de una sibilante fricativa sorda andaluza como es la [s̻] predorsal frente a la [s̺] apicoalveolar utilizada en el castellano ya que, al tratarse únicamente de una subvariante de /s/, sí se podría encuadrar como una particularidad fonética propia de un acento vinculado a la lengua castellana; mientras que la relación de equivalencia de los grupos consonánticos del castellano -ct-, -pt-, -st-, -zt-, -bst- y -nst- con respecto al andaluz -ht- sería más propio de, al menos, una variedad lingüística que de un acento, ya que esta divergencia fonética bien diferenciada tiene como consecuencia la derivación de palabras distintas a partir de una misma raíz. Esto es fácilmente comprobable con algunas de las palabras presentes en el caso práctico. Por ejemplo, la palabra su es la misma en andaluz que en castellano con independencia de que, a la hora de pronunciarla, el grafema ⟨s⟩ sea realizado como [s̻] ó [s̺], mientras que el término castellano contacto [konˈtakto] es distinto al andaluz contahto [konˈtaʔtʰo] como también lo son el vocablo catalán aquest [aˈket] y su equivalente aranés aguest [aˈɣest].
Segundo caso práctico | |
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Aranés | —Es deluns son orribles. Maria, as vist er albaran? —L’as sus era taula… —Ah, ei ací. Me cau hèr era factura e non me foncione er ordenador. Pòdes hèr era factura d’aqueth senhor? Pague ath compdat. —Tranquilla. Ja me n’encargui jo. |
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Catalán | —Els dilluns són horrorosos. Maria, has vist l’albarà? —El tens sobre la taula… —Ah, és aquí. He de fer la factura i no em funciona l’ordinador. Pots fer la factura d’aquest senyor? Paga al comptat. —Tranquil·la. Ja me n’encarrego jo. |
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Valenciano | —Els dilluns són horrorosos. Maria, has vist l’albarà? —El tens damunt la taula… —Ah, és ací. He de fer la factura i no em funciona l’ordinador. Pots fer la factura d’aquest senyor? Paga al comptat. —Tranquil·la. Ja me n’encarregue jo. |
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Castellano | —Los lunes son horrorosos. María, ¿has visto el albarán? —Lo tienes sobre la mesa… —Ah, está aquí. Tengo que hacer la factura y no me funciona el ordenador. ¿Puedes hacer la factura de este señor? Paga al contado. —Tranquila. Ya me encargo yo. |
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Andaluz | —Loh luneh son terribleh. María, ¿ah bihto l’arbarán? —Lo tieh en lo arto’e la mesa… —Á, ehtá aquí. Tengo que jazê la fahtura i no me furula l’ordenaô. ¿Pueh jazê la fahtura d’ehte señón? Paga ar contao. —Tranquila. Ya m’encargo yo. |
Continuando con nuestro análisis, tras un breve examen del segundo caso práctico alguien podría alegar que las principales diferencias del andaluz con respecto al castellano son definibles mediante una serie reglas “ortográficas” que incluirían, aparte de la anteriormente mencionada “sustitución” de ciertos grafemas por h (factura → fahtura), la caída de la d intervocálica en distintas palabras (contado → contao), rotacismo de l por r (albarán → arbarán), neutralización de consonantes finales (ordenador → ordenaô), etc…, con la intención de negarle al andaluz cualquier posibilidad de ser categorizado como lengua.
Y lo cierto es que es un hecho innegable el que mediante una serie de reglas se puedan derivar, hasta cierto punto, muchas palabras del andaluz partiendo de la forma que tiene dicho vocablo en castellano, puesto que ambos sistemas lingüísticos pertenecen a la misma familia; pero también es cierto que esto no es algo exclusivo del andaluz. En el mismo manual del que estamos obteniendo los casos prácticos, el Aprenem aranès des del català, también se definen una serie de reglas para la derivación de palabras en su apartado Principals diferències entre l’aranès i el català y no por ello, en ningún momento, se pone en duda la condición de lengua de pleno derecho ni del occitano ni del catalán, por mucho que ambas pertenezcan a la misma familia lingüística y que esto implique la capacidad de derivar ciertas palabras de una lengua a otra mediante la aplicación de un conjunto reglas. A continuación podemos ver dos fragmentos del manual con algunas de ellas.
A partir de lo anteriormente expuesto podríamos inferir, o al menos llegar a plantearnos, que la relación del andaluz con el castellano no pueda circunscribirse meramente a la de variedad lingüística y, muchísimo menos, a la de acento; por lo que seguidamente trataremos de reforzar la validez de dicha deducción echándole un vistazo a las pequeñas diferencias existentes entre el catalán y la variedad dialectal valenciana del mismo.
Si examinamos el tercer caso práctico que se muestra a continuación, que a pesar de su brevedad es de lo más interesante, vemos que no hay variación entre el texto en catalán y el escrito en valenciano; aunque sería necesario aclarar que esto no implica que no existan particularidades fonéticas de los distintos hablantes de estas variedades pese a que estas no puedan ser recogidas de forma escrita. En cambio, si observamos este mismo texto en sus versiones andaluza y castellana, sí que se pueden apreciar varias diferencias léxicas entre ambas: buenos → güenoh, tiene → tie, rueda → ruea, pinchada → pinxá…
Tercer caso práctico | ||
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Aranés | Catalán | Valenciano |
—Bon dia, qué li arribe ath coche? —A ua arròda punchada. —Totara la cambiam. —Alavetz que demori. | —Bon dia, què li passa al cotxe? —Té una roda punxada. —De seguida la canviem. —Doncs m’espero. | —Bon dia, què li passa al cotxe? —Té una roda punxada. —De seguida la canviem. —Doncs m’espero. |
Castellano | Andaluz | |
—Buenos días, ¿qué le pasa al coche? —Tiene una rueda pinchada. —Enseguida la cambiamos. —Pues me espero. | —Güenoh díah, ¿qu’eh lo que le pasa ar coxe? —Tie una ruea pinxá. —Deseguía la cambiamoh. —Poh m’ahpero. |
Pero es que si además observamos con detenimiento el resto de casos prácticos veremos que, aun pudiéndose apreciar algunas disparidades entre los textos en catalán y valenciano, los textos escritos el andaluz siguen la misma tónica en cuanto a diferencias se refiere con respecto a los escritos en castellano. Concretamente, en el primer caso tenemos: seva → seua y tot facilitant → facilitant frente a proporciona → percura (equivalente al término castellano procura), contacto → contahto, vez → beh, permite → premite, vida → bía, sociedad → sozieá… mientras que en el segundo caso tenemos: sobre → damunt, aquí → ací y encarrego → encarregue frente a albarán → arbarán, tienes → tieh, hacer → jazê, ordenador → ordenaô, puedes → pueh y señor → señón entre otras tantas divergencias. No obstante, con el objetivo de que nuestro análisis sea lo más exhaustivo posible, hay que matizar que en los primeros casos prácticos se dan algunas pequeñas divergencias léxicas no representadas de forma gráfica entre el catalán y el valenciano, como en el caso del término amb, ya que en catalán la b se neutraliza mientras que en valenciano se conserva. Lo mismo ocurre con la t final de variant y facilitant, y con la r final de fer, primer, practicar, senyor y ordinador, aunque en el caso de la r su conservación se limitaría al valenciano meridional y central.
En consecuencia, a la luz de los resultados obtenidos del análisis de estos tres casos prácticos, podemos afirmar que queda totalmente descartado que el andaluz sea una acento del castellano. Por otro lado, podría parecer algo forzado tratar de equiparar la relación que posee el andaluz con el castellano a la del valenciano con el catalán, pues se presenta como una deducción más natural su alternativa que sería considerar que el andaluz comparte una relación semejante con el castellano a la que tiene la lengua catalana con el occitano, es decir, una relación de lenguas pertenecientes a una misma familia lingüística que forman un continuo dialectal.
Para finalizar, sólo quedaría añadir que, valorando lo que a día de hoy conocemos acerca de la cuestión lingüística andaluza, nos encontramos en disposición de afirmar que el mayor impedimento que tiene la lengua andaluza para ser reconocida como tal, o al menos como variedad dialectal, se encuentra en el proceso de minorización y sustitución lingüística al que está siendo sometida por parte del españolismo lingüístico, es decir, que se trata de una cuestión política y no lingüística.