Autor: Francisco de Borja García Duarte (Paco Arbadulí)

Obra que mereció la mención especial del jurado del Premio Memorial Blas Infante de 2012.

SINOPSIS

Somos conscientes que hablar andaluz carece de prestigio social, escribirlo constituye un anatema y defender su uso escrito, una atrocidad propia de radicales y merecedora de castigo. Las ideas en que se basan son las siguientes: El andaluz ni es una lengua ni un dialecto ni siquiera una jerga, se trata únicamente de un castellano mal hablado, además, carece de gramática y nunca se ha escrito, por lo tanto no cumple con las consideraciones básicas para considerarlo un idioma.
Con este trabajo intentamos rebatir algunas de estas aseveraciones, principalmente aquella de que en andaluz nunca se ha escrito.
Aquí dejamos constancia de que el andaluz cuenta con un extenso corpus de textos escritos, en los que vemos plasmadas gráficamente las características morfológicas, fonéticas, sintácticas, léxicas… del andaluz. Textos que han sido, en la mayoría de los casos, ignorados por los estudiosos de la lingüística andaluza. Y son esos ejemplos de textos escritos los que hemos recogido en esta obra para el común conocimiento de la sociedad andaluza y con el ánimo de que los estudiosos de nuestra peculiar forma de expresarnos lo utilicen y lo amplíen (porque estamos seguros de que hay muchos más) y a las nuevas generaciones escolares se les de a conocer la amplia tradición literaria en andaluz que abarca, al menos, desde el siglo XVIII.
Recogemos ordenados cronológicamente por el año de nacimiento –cuando se conoce-, un buen número de autores, con algunos datos autobiográficos, en cuya obra se pueden encontrar intentos, más o menos conseguidos, de plasmar literariamente el habla andaluza. En general, lo hacen conscientemente y con la intención de caracterizar personajes de extracción popular y escasa formación escolar. Las más de las veces, en sainetes y zarzuelas que son el origen de la asociación del andaluz a la vis cómica y de un acercamiento al fenómeno dialectal que parece creer en la existencia de variedades idiomáticas risibles por naturaleza. Algunos, en cambio, como sería el caso de los folcloristas del siglo XIX y determinados narradores y poetas, adoptan una actitud más positiva y menos impregnada de prejuicios clasistas o étnicos.

Huente: Academia.edu

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